Manuel Cano Tamayo
MANUEL CANO TAMAYO, guitarrista payo, muy conocido en este mundo de la guitarra con su propio nombre artístico de MANUEL CANO, nació en Granada en el año de 1925 y murió en su misma ciudad en el 1990. Sobresaliente guitarrista del flamenco, fue también un reputado estudioso e investigador del tema. Como concertista Cano paseó la guitarra flamenca por todo el mundo, siendo ésta una de sus primeras ocupaciones. Poco después de su muerte, el Ayuntamiento de la ciudad le concedía a título póstumo la Medalla de Oro, imponiéndole su nombre a una plaza. Era el reconocimiento a la labor desarrollada por Manuel Cano que había llevado el nombre de Granada por todos los rincones del mundo, prendido en su guitarra. |
Tenía siete años cuando su abuelo le regaló su primera guitarra, compañera inseparable ya a lo largo de toda su existencia. En las dos vertientes que cultivó asiduamente: la interpretación y la composición. También esa labor de búsqueda e investigación en aquellas parcelas que le interesan particularmente. En 1959 acaba de cumplir treinta y cuatro años, Manuel Cano inicia su carrera. Una sólida carrera que le hizo merecedor de los más preciados galardones. Intérprete, compositor y arreglista. Catedrático de guitarra en Córdoba y Granada. Introductor del flamenco en la Universidad. Miembro de asociaciones nacionales e internacionales. Asesor de la UNESCO. Su nombre ha quedado ligado también al importante libro que escribió sobre la guitarra, La guitarra, historia, estudio y aproximaciones al arte flamenco. Córdoba, 1986. En 1990, moría Manolo Cano a los sesenta y cinco años, tras una vida no larga pero sí intensa en planteamientos y vivencias. Una vida que se había iniciado el 23 de febrero de 1925, en una familia de clase media, cuya influencia iba a ser innegable. También la de la ciudad, donde la música tenía mucho que decir.
Le unió amistad con Andrés Segovia, quien en la dedicatoria de una fotografía le instaba a limpiar el flamenco "de incursiones falsamente musicales". Como concertista Cano paseó la guitarra flamenca por todo el mundo. Decía que Bach y Scarlatti, por ejemplo, habían hecho una música maravillosa, pero que hay más. Una de sus primeras grabaciones, a la que él tenía especial estimación, fue la titulada Evocación de la guitarra de Ramón Montoya. A lo largo de su vida profesional Manuel Cano fue adquiriendo numerosas guitarras de distintas épocas y de un gran valor no sólo económico, reuniendo un pequeño museo personal. Todas las tenía a punto para ser utilizadas, y en ocasiones daba unos conciertos enormemente atractivos en que interpretaba obras de distintas épocas tocando cada tema con la guitarra contemporánea en su poder. A su muerte esa colección de instrumentos y otros objetos y documentos fueron adquiridos por japoneses, que en Tokio crearon una fundación con su nombre. Fue catedrático de Guitarra Flamenca por oposición en el Conservatorio Superior de Música y Declamación de Córdoba, Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y miembro correspondiente de la Sociedad General de Autores de España.
El 25 de febrero de 1992, se le concedió la medalla de Andalucía a título póstumo. El decreto de concesión decía: D. Manuel Cano Tamayo, natural de Granada, fallecido el 12 de enero de 1990, fue un instrumentista genial, estudioso del folklore andaluz, titular de la primera cátedra oficial de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y compositor, siendo en gran impulsor de la investigación de nuestro folklore y un Maestro para las generaciones futuras. Es manifiesto, por tanto, que en D. Manuel Cano Tamayo, concurren méritos suficientes para hacerse acreedor a la referida distinción.
Tenía siete años cuando su abuelo le regaló su primera guitarra, compañera inseparable ya a lo largo de toda su existencia. En las dos vertientes que cultivó asiduamente: la interpretación y la composición. También esa labor de búsqueda e investigación en aquellas parcelas que le interesan particularmente. En 1959 acaba de cumplir treinta y cuatro años, Manuel Cano inicia su carrera. Una sólida carrera que le hizo merecedor de los más preciados galardones. Intérprete, compositor y arreglista. Catedrático de guitarra en Córdoba y Granada. Introductor del flamenco en la Universidad. Miembro de asociaciones nacionales e internacionales. Asesor de la UNESCO. Su nombre ha quedado ligado también al importante libro que escribió sobre la guitarra, La guitarra, historia, estudio y aproximaciones al arte flamenco. Córdoba, 1986. En 1990, moría Manolo Cano a los sesenta y cinco años, tras una vida no larga pero sí intensa en planteamientos y vivencias. Una vida que se había iniciado el 23 de febrero de 1925, en una familia de clase media, cuya influencia iba a ser innegable. También la de la ciudad, donde la música tenía mucho que decir.
Le unió amistad con Andrés Segovia, quien en la dedicatoria de una fotografía le instaba a limpiar el flamenco "de incursiones falsamente musicales". Como concertista Cano paseó la guitarra flamenca por todo el mundo. Decía que Bach y Scarlatti, por ejemplo, habían hecho una música maravillosa, pero que hay más. Una de sus primeras grabaciones, a la que él tenía especial estimación, fue la titulada Evocación de la guitarra de Ramón Montoya. A lo largo de su vida profesional Manuel Cano fue adquiriendo numerosas guitarras de distintas épocas y de un gran valor no sólo económico, reuniendo un pequeño museo personal. Todas las tenía a punto para ser utilizadas, y en ocasiones daba unos conciertos enormemente atractivos en que interpretaba obras de distintas épocas tocando cada tema con la guitarra contemporánea en su poder. A su muerte esa colección de instrumentos y otros objetos y documentos fueron adquiridos por japoneses, que en Tokio crearon una fundación con su nombre. Fue catedrático de Guitarra Flamenca por oposición en el Conservatorio Superior de Música y Declamación de Córdoba, Académico de número de la Real Academia de Bellas Artes de Granada y miembro correspondiente de la Sociedad General de Autores de España.
El 25 de febrero de 1992, se le concedió la medalla de Andalucía a título póstumo. El decreto de concesión decía: D. Manuel Cano Tamayo, natural de Granada, fallecido el 12 de enero de 1990, fue un instrumentista genial, estudioso del folklore andaluz, titular de la primera cátedra oficial de Guitarra Flamenca en el Conservatorio Superior de Música de Córdoba y compositor, siendo en gran impulsor de la investigación de nuestro folklore y un Maestro para las generaciones futuras. Es manifiesto, por tanto, que en D. Manuel Cano Tamayo, concurren méritos suficientes para hacerse acreedor a la referida distinción.
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